sábado, 7 de agosto de 2010

Afganistán, en busca de la verdad


Toca Afganistán. Y toca porque parece que nunca pasa nada, que está todo hecho o que es tal caos que da igual lo que pase. Pues siendo esto último lo que está pasando, no me da igual.

Si pensáramos en países o ciudades que en el último siglo han estado ocupados y controlados por tropas internacionales tendríamos una lista larga, larga. Desde París, Berlín a Austria, Chequia, Vietnam, Camboya, Tíbet, Sáhara Occidental,... lo que diferencia a Afganistán es que este país lleva recibiendo ostias gran parte del último tercio de siglo pasado y los diez años de este. Y lo que llama la atención, por lo menos a mí, es que no hay una razón o motivo que articule todo el caos que ha rodeado a Afganistán en su historia más reciente. En los setenta era porque era estratégico, en los ochenta por la Guerra Fría, en los noventa por los talibanes y con el nuevo siglo por el terrorismo internacional. Supongo que todo es verdad, pero también imagino que el que sea el país en el que se produce el 80% de la heroína que se consume a nivel mundial y en aumento cada año, también tiene mucho que ver. Es como si la producción de coca de Colombia, Perú y Venezuela estuviera en manos de un país con un desarrollo, en todos los sentidos, más propio del medievo. Un "juguete" demasiado caro para que esté en manos de un niño de 4 años.
La entrada de EE.UU. en Afganistán se justificó por el 11-S y se amparó posteriormente con el ok de la OTAN. Pero ni lo uno ni lo otro justifica lo que está pasando, si es que sabemos lo que está pasando. Hasta donde sé la OTAN va por un lado, EE.UU. por otro y los británicos por otro más allá. Los talibanes siguen estando, cada vez con mayor presencia desde la invasión, y las luchas que se producen en el día a día no son ni políticas ni religiosas si no territoriales y tribales, por ampliar las plantaciones de la amapola de opio. Los "aliados" han llegado a aceptar el que los afganos planten opio, sabiendo que es la única forma de evitar que se alineen con los talibanes. El resto no importa. El gobierno es un títere que ni controla ni decide, tienen una tasa de alfabetización de las más bajas del mundo, una esperanza de vida propia de país africano y cada vez más jonkys y migraciones hacia Irán y Pakistán, ese es el panorama, porque a todo esto, y aunque quizá sea lo de menos, los derechos individuales tampoco han avanzado ya que la guerra es lo que lo cubre todo desde décadas. Buen marrón para los pensadores internacionales. La invasión, tras 9 años, no ha supuesto la eliminación del régimen talibán, ni ha dado más derechos, ni más calidad de vida, ni ha supuesto más libertad para la mujer, ni ha evitado las plantaciones de amapola, la producción de heroína, ni su posterior venta desde Irán, los flujos son los de siempre y hasta ya se sabe de forma oficial que Pakistán no es la hermana musulmana...

La revista Time, en la Portada de este mes en la que saca la foto de una chica mutilada por los talibanes, posiblemente por ser demasiado guapa, se pregunta "¿Qué pasa si nos vamos?", seguro que nada, nunca pasa nada cuando no hay noticias, y ya Afganistán no sería noticia. Yo les haría otra pregunta "¿Qué hubiera pasado si no hubíeseis entrado?". Actualmente mueren en Afganistán 6 civiles por día y se desconoce el número total de civiles muertos desde 2001. Eso sí, la salida de las tropas internaciones ya está programada en escala, desde 2011 hasta 2015. Veremos cuán maduro han dejado al niño y a su juguete, los muertos ya los llorarán otros.